EL CINE Y YO
“El cine ha sido una de mis pasiones más intensas, desde que vi, a los once años, “Lo que el viento se llevó”. Nunca lo concebí como un pasatiempo (no quiero que el tiempo pase) sino como una forma de arte y de conocimiento.
De chica, devoraba las cuatro películas de la función del sábado a la tarde del cine de barrio, “Ocean”: una comedia del Gordo y del Flaco o del genio Buster Keaton, una de vaqueros –nunca me gustó John Wayne-, una de aventuras –tampoco me gustaba Errol Flynn, prefería a Stewart Granger- y finalmente, el drama.
Y me apasionó desde entonces el llamado cine de autor. He visto casi todo el cine posible, y me gusta la ceremonia romántica de vestirme los sábados a la noche para ir a una sala, comprar la entrada, sentarme en una butaca bien acompañada, esperar a que apaguen las luces y mirar, mirar, mirar. El cine es donde todos nos convertimos en lo que en el fondo somos, voyeuristas, como en la espléndida, estetizante y dramátaica L¨apollonide.
Tuve la suerte de ser muy joven cuando la mejor época del cine europeo: el neorrealismo, la nouvelle vague y la generación de grandes directores italianos: los años 60 y 70 del siglo pasado.
En la actualidad me gusta mucho el reciente cine argentino, que parece recuperar lo mejor del neorrealismo. No me gustan las comedias musicales ni el cine de terror, en cambio, algunas películas de ciencia ficción me fascinan, como Her.”
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