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Ed.
Lumen, Barcelona, 1995
Solitario de amor,
es el relato de una pasión amorosa y
erótica, narrada desde la soledad que crea la imposibilidad
de fusión-posesión con el cuerpo amado. El centro de
esa pasión absoluta es Aída, el eje de toda la obra,
no sólo su persona, sino especialmente su cuerpo, sus gestos,
sus olores, sus secreciones, sus vísceras, sus palabras. Cada
capítulo es una instantánea de Aída, la poetización
de la intensidad emocional padecida por el narrador casi anónimo
("me siento un hombre sin pasado, sin rencores, sin heridas viejas:
he nacido de Aída, soy el hijo virgen") desde el desamparo
y la adoración sin límites. El amante ha contraído
una adicción: el cuerpo de Aída, y necesita dosis cada
vez mayores para sobrevivir. Por eso llega a decir:"El amor es
una droga dura". El mundo exterior es hostil al amor: ha sido
creado por el desamor. El estilo sutil, cargado de sensualidad de
la autora, dibuja lenta y amorosamente el cosmos y el paraíso
del amor, y el desierto y la soledad de su falta. Solitario de amor
es una de las mejores novelas sobre la pasión que se han escrito
en los últimos años.
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Ed.
Grijalbo, Barcelona, 1993
La última noche de Dostoievski.
<<Verdaderamente, soy un tipo adictivo. Tengo adicción
al juego, al cigarrillo, a las mujeres, a la lectura del periódico,
a la ducha y a la vida: detesto la certeza de ser mortal. Pero los
otros - los que no juegan - tienen, también, sus adicciones:
son adictos al trabajo, al dinero, al fútbol, al alcohol, a
los medicamentos, a las hierbas, a la actualidad, o a la moda. Hay
adictos a la religión, y otros a la política. Por lo
menos, las mías, son adicciones lúdicas. Y no hacen
daño a nadie, salvo a mí mismo.>> Extraordinaria
novela sobre la ludopatía, elegida como una de las 100 mejores
novelas del siglo XX por Lemon's List de USA.
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